Sin duda, y no es ningún misterio, que a raíz de la agresiva pandemia que estamos viviendo, gran parte de las personas está trabajando desde su casa, para -en el caso de los trabajadores dependientes- cuidar su fuente laboral y, en el de los independientes, sostener su negocio. Aprenderemos hoy sobre el gran desafío de la empatía en el teletrabajo.

Creemos que es muy importante hacer algunas reflexiones desde lo más simple a lo más “complejo” para entender si realmente estamos haciendo teletrabajo, home office, trabajo a distancia o como le queramos llamar, de la mejor forma o con la empatía que se requiere.

Lo anterior, con el único fin de ser más conscientes y ajustar expectativas de lo que esto realmente conlleva. En términos simples, para que empleadores sean más realistas en lo que pueden esperar y exigir y, trabajadores, sopesen un poco mejor la angustia y/o ansiedad que esto implica.

Aprendizaje

Comencemos… Primero que todo, muchas personas están desarrollando labores sólo por la “motivación” de conservar su trabajo y no necesariamente porque les guste. En condiciones normales, las empresas acuerdan previamente con equipos específicos quiénes se desempeñarán desde sus hogares, cuántos días, de qué forma, qué medios se requerirán, qué tipo de actividades se pueden efectuar en esa modalidad, como gestionarán avances, etc.

Desafío

En segundo término, en general, si una persona tiene cónyuge e hijos, los niños están estudiando en el colegio, la pareja quizás trabajando en su oficina o realizando otras actividades, hay algún acuerdo previo de convivencia, de distribución de tareas del hogar, etc. En cambio, ahora, de un día para otro, muchas personas se ven en el escenario de estar 24 horas con hijos, parejas, cuidándose de la Pandemia, manteniendo el orden de la casa, ayudando a estudiar a los pequeños…¡ah, es cierto! y teniendo que trabajar.

Límites

Otro factor muy relevante, de acuerdo a un estudio realizado por Trabajando.com, es que, si bien el 87% de los colaboradores están trabajando desde su casa, sólo el 48% lo había hecho antes, es decir, más del 50% está recién aprendiendo, lo que es un gran desafío al considerar que algunas condiciones personales mínimas que se requieren para ser exitoso en esto son: tener autodisciplina, ser organizados, saber trabajar por objetivos, aprender a confiar en los empleados,  saber solicitar ayuda y trabajar en equipo remotamente…y eso que ni siquiera hemos mencionado la habilidad que se debe tener para el uso de tecnologías y herramientas colaborativas.

Extensificación

¿Y qué pasa si agregamos otro elemento como el que menciona la Doctora en Psicología Social, Carla Fardella, llamado Extensificación? Consiste en que los límites de lo laboral se deshacen, es decir, si antes se circunscribía a mi puesto de trabajo, oficina y edificio de la empresa…ahora lo integro a mi hogar y es más -a través de los dispositivos- a mi living, para escribir; al dormitorio, para leer los correos a penas despierto; a la cocina, para esperar la llamada, mientras preparo la comida… para que hablar de los horarios, ya es más frecuente que personas estén almorzando con sus familias y, al mismo tiempo, respondiendo correos, o recibiendo llamadas a las 8 de la noche, sólo por mencionar algunos ejemplos.

A pesar de las problemáticas antes descritas, un estudio realizado entre la consultora Virtus y la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, en abril de este año a más de 100 gerentes generales en Chile, arrojó que aunque el 100% ha implementado trabajo remoto en sus empresas, sólo el 19% ha utilizado la flexibilidad horaria.

Podríamos extendernos aún más, abordando cómo la legislación laboral ayuda o no a que el teletrabajo equilibre la productividad de las empresas, así como la salud de las personas, pero eso daría para otra columna.

Nuestro punto central es que aún, colaboradores como empleadores,  están aprendiendo a teletrabajar, por lo que el estrés claramente es compartido. Entonces, para hacer estos días más llevaderos es fundamental que asumamos eso… que todos estamos aprendiendo bajo este nuevo escenario, para que abramos nuestras mentes y corazones poniendo en práctica la tolerancia, colaboración, empatía y flexibilidad

Esa es la única manera que vemos podamos fortalecer lo que más está en juego en estos días… la humanización de nuestra sociedad.